Cerco a las trombosis en los pacientes con cáncer

Glóbulos rojos en el torrente sanguíneo. / Max Pixel

Las trombosis venosas son un problema mayúsculo entre las personas que sufren cáncer. Uno de cada cinco pacientes desarrollará un coágulo, un accidente vascular estrechamente ligado a la enfermedad oncológica. Las células tumorales establecen un diálogo con las sanguíneas y activan por error la cascada de coagulación.

En pacientes con tumores sólidos, los coágulos y sus complicaciones se han convertido en la segunda causa de mortalidad, solo por detrás del tumor. Las personas con cáncer son siete veces más propensas a padecer uno de estos eventos. En los tumores más malignos, como los de pulmón y estómago, la predisposición aumenta incluso hasta 28 veces, según un vasto análisis del Centro Médico de la Universidad de Leiden (Países Bajos) publicado en JAMA.

Para evitar las trombosis, los anticoagulantes no son la panacea. Estos fármacos pueden desencadenar hemorragias graves, por eso, la clave está en discernir qué pacientes tienen el riesgo más elevado de desarrollar un coágulo antes de que suceda. En estos casos, los beneficios del fármaco superarían a sus perjuicios.

La herramienta de predicción recomendada por todos los organismos internacionales es la clasificación Khorana. La guía clínica de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) así lo especifica: “Es importante identificar los pacientes con mayor riesgo para quienes la profilaxis puede ser beneficiosa”. Pero su fiabilidad es baja al identificar los pacientes con más riesgo. “No utilizamos Khorana de forma sistemática ya que no es tan sensible ni específica como nos gustaría”, cuenta a Sinc Maite Antonio, coordinadora de la unidad de oncogeriatría del Instituto Catalán de Oncología (ICO) y representante de la comisión de enfermedad tromboembólica en el Hospital Universitario de Bellvitge, asociado al centro de investigación.

Hoy, científicos españoles presentan una prueba nueva que “mejora significativamente la misma predicción”, tal y como recoge el British Journal of Cancer. “Hasta el propio Alok Khorana [el médico creador de la escala que lleva su nombre] se ha interesado por nuestro estudio”, subraya a Sinc José Manuel Soria, investigador en el Instituto de Investigación Sant Pau y coordinador de este estudio, que reúne a ocho hospitales españoles.

La nueva clasificación, bautizada con el nombre de TiC-Onco, incluye más parámetros clínicos que la clasificación Khorana; algunos de ellos son el sexo, la edad, la ubicación del tumor primario, el estadio de la metástasis, el índice de masa corporal, el consumo de tabaco, los antecedentes familiares de trombosis venosa o la presencia de enfermedades como la diabetes, la hipertensión o el colesterol. Un algoritmo combina esta información con el perfil genético del paciente. Una muestra de sangre sirve para buscar siete alteraciones genéticas que afectan a doce genes implicados en la coagulación. Soria había desarrollado el test molecular de Tromboincode para población general y Muñoz pensó en aplicarlo a sus pacientes: “Definir mejor aquellos que van a hacer trombosis es una pregunta muy pertinente que nos lleva hacia la medicina personalizada”.

 

 

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