El científico del ICMAB-CSIC desarrollará NanoFLOW, un proyecto que estudiará cómo las células tumorales se alimentan y viajan por el cuerpo utilizando nanopartículas radiactivas. Esto es posible gracias a la concesión de una ayuda del Consejo Europeo de Investigación (ERC) en la modalidad Consolidator Grant.

La microvasculatura tumoral desempeña un papel crucial en el desarrollo y evolución del cáncer. No solo alimenta el tumor, sino que también es la puerta de entrada para los fármacos y la vía por la que las células tumorales salen hacia otras partes del organismo. Sin embargo, su reducido tamaño, la morfología
cambiante y la compleja dinámica del flujo sanguíneo han dificultado su comprensión. NanoFLOW pretende abordar este desafío.
El investigador del ICMAB Juan Pellico ha obtenido una Consolidator Grant del Consejo
Europeo de Investigación (ERC, por sus siglas en inglés) por valor de 2 millones de euros
para desarrollar NanoFLOW, un proyecto que creará un “GPS biológico” para estudiar el
flujo sanguíneo en estos vasos y observar cómo las células tumorales se desplazan a
órganos distantes (metástasis). Será posible gracias a la técnica llamada Seguimiento de
Partículas por Emisión de Positrones (PEPT, por sus siglas en inglés), utilizada durante
décadas en reactores industriales. El proyecto, explica Pellico, “pretende trasladar esta
técnica al ámbito biomédico para dar respuesta a necesidades no cubiertas desde hace
tiempo en imagen médica”.
Pellico demostró en 2024 que este traslado era posible en un artículo publicado en Nature
Nanotechnology. “Ahora este proyecto va más allá, desarrollando nuevas sondas que
permitan aplicar esta técnica en oncología para estudiar procesos que antes eran
invisibles con las técnicas de imagen convencionales”, señala el investigador.
“Esencialmente, esta técnica funcionará como un GPS dentro del cuerpo, proporcionando
datos sobre la dinámica del flujo y la migración celular tumoral”, añade Pellico.
Cómo funcionará NanoFLOW
NanoFLOW utilizará una nanopartícula radiactiva con fotones coincidentes, que podrán
rastrearse por todo el cuerpo, mostrando así el recorrido que sigue la partícula dentro de
la microvasculatura tumoral. Además, cuando se acopla a una célula, permite observar su
dinámica.
“Este proyecto nos permitirá obtener parámetros cuantitativos fundamentales del flujo
sanguíneo, como velocidad, turbulencia y viscosidad, incluso en los vasos sanguíneos
más diminutos”, afirma Pellico. “Permite relacionar la influencia de estos parámetros en la
progresión del tumor, así como la eficacia de los tratamientos para alcanzarlos y la
posibilidad de analizar la migración celular tumoral con gran precisión”.
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