Las nanopartículas de óxido de cerio podrían mejorar el pronóstico del carcinoma hepatocelular

Una larga colaboración entre el IDIBAPS y el ICN2, encabezada por el Prof. Wladimiro Jiménez y el Prof. ICREA Víctor F. Puntes, ha demostrado que la administración de nanopartículas de óxido de cerio en un modelo animal de ratas puede competir con los tratamientos disponibles en la actualidad. La investigación publicada en Hepatology demuestra que los tejidos humanos también absorben y retienen las nanopartículas convirtiéndolas en una potencial y prometedora nueva estrategia farmacológica.

De izquiera a derecha: Guillermo Fernández‐Varo, Víctor Puntes, Wladimiro Jiménez y Meritxell Perramón.

El carcinoma hepatocelular es el cáncer de hígado más frecuente y ocupa la tercera posición en el ranking mundial de cánceres con mayor mortalidad. Su aparición está relacionada con los virus de la hepatitis B y C, el alcoholismo, enfermedades metabólicas del hígado y la exposición a ciertas toxinas. Aunque se han descrito los mecanismos moleculares con detalle, por el momento no se dispone de un tratamiento efectivo una vez superadas las fases tempranas de la enfermedad. Cuando ya no se puede recurrir a la ablación en los primeros estadios de progresión, las mejores aproximaciones terapéuticas no consiguen frenar la progresión de la enfermedad. Según publica la revista Hepatology, esto podría cambiar gracias a un tratamiento experimental basado en nanopartículas de óxido de cerio en el que hace tiempo que trabajan juntos el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) y el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2).

El trabajo explica cómo, gracias a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, las nanopartículas de óxido de cerio han podido revertir parcialmente los mecanismos celulares involucrados en la progresión del tumor y han conseguido aumentar de manera significativa la supervivencia en modelos animales de ratas. Los últimos firmantes del estudio son el Prof. Wladimiro Jiménez, jefe del Servicio de Bioquímica del Centro de Diagnóstico Biomédico del Hospital Clínic de Barcelona y jefe del grupo IDIBAPS Investigación traslacional en nuevas estrategias terapéuticas y diagnósticas en enfermedades hepáticas, y el Prof. ICREA Víctor F. Puntes, jefe del Grupo ICN2 de Nanopartículas Inorgánicas y también del Grupo de Nanopartículas farmacocinéticas del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR). El primer firmante es Guillermo Fernández-Varo, miembro del grupo de investigación IDIBAPS mencionado anteriormente y del CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBERehd).

Esta investigación se inició hace casi una década y dio los primeros resultados cuando el IDIBAPS y el ICN2 publicaban el año 2016 un trabajo en el Journal of Hepatology, donde se ponía de manifiesto el potencial terapéutico antiinflamatorio de las nanopartículas de óxido de cerio para el tratamiento de varias enfermedades crónicas del hígado. El nuevo trabajo en Hepatology se centra en el carcinoma hepatocelular y analiza el impacto del tratamiento experimental sobre un modelo animal de ratas al que se les ha inducido el cáncer, estudia la distribución del fármaco en tres hígados humanos descartados para el trasplante y detalla la absorción intracelular en cultivos celulares de cáncer de hígado humano. Esta investigación traslacional acerca pues el nuevo tratamiento en las fases clínicas de experimentación.

El equipo de investigación administró a las ratas cuatro dosis de nanopartículas de óxido de cerio, dos por semana, 16 semanas después de provocarles el cáncer de hígado. Las nanopartículas, de morfología esférica y un tamaño de entre 4 y 20 nanómetros, se concentraban principalmente en el hígado y el bazo pocos días después de su administración. Las ratas tratadas atenuaban el número de nódulos cancerosos en el hígado, presentaban niveles reducidos del marcador de cáncer alfa-fetoproteína, mostraban menor proliferación de las células cancerosas y mayor muerte celular por apoptosis y tenían efectos beneficiosos al ver reducidos los efectos nocivos de la inflamación y la alteración del metabolismo de lípidos. Cuando se comparó la supervivencia de las ratas tratadas se observó que tanto las nanopartículas como la mejor opción terapéutica disponible en el momento del estudio doblaban la supervivencia de las ratas que pasaba de unos 15 días a más de 30.

La distribución de las nanopartículas en hígados humanos funcionales se observó mediante técnicas de imagen en órganos descartados para el trasplante. En sólo 30 minutos la mitad de las nanopartículas quedaban retenidas en el hígado formando aglomerados de diferentes tamaños en varias localizaciones. Los cultivos celulares procedentes de cáncer de hígado humano también mostraron una gran capacidad de adsorción de las nanopartículas después de 24 horas de exposición. Por tanto, el tratamiento basado en nanopartículas de óxido de cerio, que sin efectos secundarios igualaba los resultados de la mejor opción terapéutica disponible a fecha de hoy, podrían dar lugar a una estrategia farmacológica innovadora para una enfermedad necesitada de nuevas terapias.

Referencia del artículo: Guillermo Fernández‐Varo,  Meritxell Perramón,  Silvia Carvajal,  Denise Oró,  Eudald Casals,  Loreto Boix,  Laura Oller,  Laura Macías‐Muñoz,  Santi Marfà, Gregori Casals, Manuel Morales‐Ruiz, Pedro Casado, Pedro R. Cutillas, Jordi Bruix, Miquel Navasa, Josep Fuster, Juan Carlos Garcia‐Valdecasas, Mihai C. Pavel, Víctor Puntes, Wladimiro Jiménez. Bespoken nanoceria: A new effective treatment in experimental hepatocellular carcinoma. Hepatology. First published:21 January 2020. DOI: https://doi.org/10.1002/hep.31139

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