La aplicación de la nanotecnología a la lucha contra el cáncer está dando, parójicamente, pasos de gigante, como el ensayo funcional desarrollado por el investigador Joan Montero, una tecnología que permite predecir la respuesta de las células de los pacientes a los tratamientos de quimioterapia.
Montero, investigador del Instituto de Bioingeniería de Catalunya (IBEC), y ponente en el Nano World Cancer Day que se ha celebrado en Barcelona esta semana, ha explicado a EFE TV que este proceso se basa en aislar la células de pacientes: “las exponemos a distintos tratamientos y vemos cuál es más efectivo para erradicar determinado tumor”, explica.
Esta tecnología tiene la ventaja de que al ser un ensayo funcional “permite interrogar a las células que están vivas”.
Además, se trata de una técnica que puede aplicarse de forma muy rápida, en menos de 24 horas, lo que supone un avance en la llamada medicina personalizada. A cada paciente, un tratamiento específico.
El investigador trabajó en este ámbito junto a un equipo del Dana-Farber Cancer Institute de Boston (Massachusetts) y ahora en el IBEC ha focalizado sus esfuerzos en intentar mininiaturizarla para poder realizar estas biopsias con poca muestra.
“Con células de paciente que se pueden conseguir sin cirugía, con las que se puede realizar el ensayo y ver qué tratamiento es mejor, y si, por ejemplo, hay una progresión del tumor, se puede coger células y adaptar la terapia al cáncer, es decir, que si el cáncer progresa, la terapia también progresará”, explica el científico.
A juicio de Montero, España cuenta con suficiente capital humano y capacidades tecnológicas para aplicar estos tratamientos -“con buenos hospitales y buenos investigadores”- aunque sería necesaria, remarca, una mayor inversión que impulse la medicina personalizada.
Ve básico un enfoque multidisciplinar en la lucha contra el cáncer que englobe a oncólogos, bioingeniros y otras vertientes científicas, como la química y bioquímica o la biología molecular, para encontrar soluciones concretas
“El problema del cáncer es que no es una sola enfermedad, es un conjunto de enfermedades. De hecho, cada tumor es distinto. Necesitamos medicinas y terapias individualizadas, personalizadas. Se puede abordar, por ejemplo, haciendo una mejor caracterización molecular, desde el genoma y el proteoma, pero se necesitan nuevas ideas”, insiste.
En esta línea, Josep Samitier, director del IBEC y coordinador científico de Nanomed Spain, entidad organizadora del Nano World Cancer Day, apunta que es necesario el diálogo conjunto, la investigación básica junto a la investigación clínica, para que los resultados lleguen al paciente en poco tiempo, con terapias más precisas, diagnósticos más tempranos, y con ello, mayores opciones terapéuticas.
La nanotecnología “es un hecho” en su aplicación en el cáncer, como demuestra, señala Samitier, los 45 nanofármacos o sistemas de diagnóstico que ya están disponibles para ser utilizados, o los más de 230 estudios clínicos que se están elaborando en todo el mundo y que utilizan la nanotecnología en la lucha contra esta patología.
“No estamos hablando de un futurible, sino de realidades que se están llevando a cabo y que ya son utilizables por los clínicos, así como de otras posibilidades que aparecerán en los próximos años”, revela.
Precisamente, una de las ventajas de la nanomedicina es que el fármaco resulte menos invasivo y “llegue verdaderamente donde está el tumor y las células cancerígenas, con menos efectos secundarios en otros órganos del cuerpo. Dosis más altas en zonas precisas, sin necesidad de contaminar otras áreas”, indica el director del IBEC.
Samitier comparte con Montero que el verdadero reto es la personalización de las terapias, ya que uno de los principales problemas es la resistencia mutante a las mismas.
“El cáncer es una enfermedad que evoluciona y se hace resistente a los tratamientos. Cada paciente reacciona de forma diferente. Se tienen que conseguir terapias adaptativas, que permitan controlar el cáncer. Quizás en los próximos años no lograremos curarlo del todo, pero si se logra que sea una enfermedad crónica de tal manera que está controlada, y la calidad de vida de los pacientes sea bastante alta, habremos logrado un paso muy importante”, comenta esperanzado.
Fuente: Agencia EFE
Vía La Vanguardia